✅21 formas de vivir que dañan tu ❤️ corazón lentamente.

Buynewyork Reply mayo 15, 2021


21 formas de vivir que dañan tu corazón lentamente. 

Numero 1:

La salud cardíaca no es un juego a nivel mundial. Las muertes por enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar la población vive con factores de riesgo cardiovascular que pueden conducirles a la muerte. Los factores de riesgo varían de una persona a otra. Los más comunes son la obesidad, la hipertensión y el tabaquismo. Pero incluso personas que se consideran sanas pueden estar viviendo con algunos factores de riesgo sin saberlo, porque han pasado a formar parte de sus vidas como una práctica normal y a veces hasta considerada saludable.

Gracias a las jornadas laborales continuas frente a un computador y el uso constante de equipos electrónicos como smartphones, tabletas y televisores. Por supuesto que nadie quiere revisar sus redes sociales mientras camina, pero la mayoría de las personas pueden pasar más de ocho horas diarias sentadas gracias a todas las actividades pasivas que realizan, lo que genera complicaciones de salud silenciosas. Al no tener una vida activa, la circulación comienza a dificultar que lo que se nota fácilmente en las piernas, las cuales suelen dormirse o presentar incomodidades e inflamación.

Lo mismo ocurre en los brazos cuando el cosquilleo se presenta después de sostener largo rato el teléfono en la mano. Sostener estas posiciones largo tiempo hace que el flujo arterial no sea normal o que no haya un correcto retorno de la sangre al corazón y en consecuencia, ésta debe trabajar con más fuerza para garantizar el suministro de oxígeno a todo el organismo. Entre otros efectos, a largo plazo, esto puede conducir a una insuficiencia cardíaca. Además, pasar tantas horas sin movimiento es una forma muy fácil de aumentar de peso, puesto que se queman muy pocas calorías y las restantes pasan a formar parte de los depósitos de grasa, lo que incrementa el nivel de colesterol, conduce a la obesidad e incrementa el riesgo de sufrir afecciones cardiacas.

Tristemente, hacer una hora de ejercicio al día no es suficiente. Si luego pasas el resto del día sentado. Así que debes procurar levantarte al menos cada 45 minutos, caminar por la oficina, estirarte y hacer algunos movimientos que mejoren el proceso circulatorio. 

El número 2: 

Te ejercitas de forma extrema. No se trata de que no puedas practicar deportes extremos, sino de la intensidad con la cual realizas tus rutinas de ejercicio. Muchas personas lo dejan todo en el entrenamiento y luego quedan tan extenuadas que se les dificulta moverse.

Esto no es saludable porque se somete al corazón a un ritmo de trabajo y esfuerzo intenso que puede causar un incremento de la presión sanguínea, así como engrosar las paredes del corazón, lo que termina por afectar el ritmo cardiaco y puede llevarte a sufrir un infarto. Para el entrenamiento de alta competencia o ejercicios extremos es preciso contar con una asesoría integral y plan de vida tanto alimenticio como de hidratación y plan de estricto cumplimiento para minimizar el impacto que genera el exceso de actividad física.

Está bien practicar ejercicios de resistencia e incluso correr algunos maratones. Lo que debes procurar es la moderación y no hacerlo de forma tan intensa y frecuente que termines dejando literalmente el corazón en el camino 

Número 3:

No duermes lo suficiente.

 Dormir bien se ha convertido casi en una utopía. De las 8 horas diarias recomendadas, la mayoría de las personas sólo alcanzan 6 y con frecuencia bajo interrupciones. Cuando no duermes lo suficiente o tienes un sueño con interrupciones, tu organismo se resiente, pues no logra alcanzar o completar todas las fases del sueño.

Lo que impide que el cuerpo puede regular la producción de muchas hormonas. En consecuencia, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, permanecen elevados, causando que se mantenga una sobreproducción de insulina y que tu cuerpo termine almacenando grasas en vez de quemarlas. Es importante recordar que durante el sueño se restablece el equilibrio de muchos órganos del cuerpo y se generan muchos tejidos, fenómeno que se interrumpe con la deprivación frecuente. Del sueño, al mantener una acumulación continua de grasas, se comienza a subir también los niveles del colesterol malo en la sangre, el cual se puede quedar adherido a las paredes arteriales, formando placas de grasas que obstruyen el flujo sanguíneo y que inducen el incremento de la presión arterial y otras complicaciones cardiacas.

Número 4:

 ¿Duermes mucho? El otro extremo del no dormir es el dormir de más. Cuando duermes más de 9 horas diarias al día, tu cuerpo se mantiene en reposo total. Lo que también afecta la función metabólica y del trabajo del corazón. Está muy bien que puedas descansar, pero permanecer mucho tiempo acostado es similar a estar sentado. Qué más? Menos calorías. Se altera el proceso circulatorio y tu corazón paga las consecuencias. Lo ideal es que puedas dormir 8 horas diarias sin interrupciones.

Luego levántate y vive tu día. 

Número 5:


 Trabajas en el turno nocturno. Las personas que trabajan en el turno de la noche son más propensas a sufrir problemas cardiovasculares. Así lo revela un estudio publicado por el Journal of the American Medical Asociación. Esto se debe a que el trabajo nocturno afecta a la producción de melatonina, la hormona encargada de mantener el ritmo circadiano que regula todas las funciones orgánicas, por lo cual el cuerpo simplemente trabaja también fuera de turno.

Además, la melatonina es clave en la función endotelial, por lo que su disminución puede afectar la forma cómo trabaja el corazón y conducir a un riesgo mayor de ataques cardíacos. Otro factor clave es que al alterarse el ritmo circadiano también se altera la presión arterial, lo que conlleva a la persona a sufrir de hipertensión, inflamación crónica y enfermedades cardiovasculares. 

Número 6:


 Tienes hábitos alimenticios no saludables Mantener patrones alimenticios poco saludables es uno de los mayores factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular.

Consumir altas cantidades de comidas ricas en grasas saturadas y carbohidratos refinados es la forma perfecta para el incremento del colesterol, así como albergar una mayor cantidad de tejido adiposo abdominal. Además, cuando comes alimentos fritos, estás incrementando la ingesta de sodio. Un mineral que requieres muy poco para mantenerte saludable. Igualmente, la mayoría de las comidas fritas ricas en grasas saturadas y carbohidratos refinados son también muy altas en calorías, por lo que no sólo estás añadiendo kilos extras de grasa a tu cuerpo, sino que incrementas el nivel de colesterol malo y agregando un mayor riesgo cardiovascular.

La mejor forma para cuidar.

Dar tu corazón es mantener una dieta balanceada y saludable, rica en proteínas, carbohidratos de absorción lenta como los vegetales verdes, frondosos, fibra y reducir al máximo la ingesta de azúcares que se encuentran presentes en diversos alimentos, desde el azúcar común hasta los panes, bollería, pastas, entre otros, puesto que son un tipo de alimento vacío en cuanto a aporte nutricional, que liberan una carga de glucosa muy alta y rápida en el torrente sanguíneo y que luego se transforman también rápidamente en grasas, lo que termina incrementando tu peso y el riesgo de sufrir problemas cardíacos.

Número 7:

 Te dejas llevar por tus emociones, aunque no lo creas, los corazones se pueden romper a causa de las emociones. Se conoce como el síndrome del corazón roto, aunque esto va más allá de una figura metafórica. En realidad, las personas que se dejan arrastrar por sus impulsos emocionales, como la ira, la rabia, la ansiedad o la tristeza, someten a su corazón a cambios repentinos en el suministro de sangre, lo que puede afectar el trabajo del músculo cardíaco.

En el caso de los hombres, la ira y las emociones explosivas son las más frecuentes, tanto que los infartos se pueden presentar en hombres muy jóvenes. En el caso de las mujeres, el estrés, la ansiedad y la depresión pueden hacer que el corazón simplemente comience a fallar. Así que nunca está de más aprender a controlar las emociones, no dejarse llevar por los impulsos y practicar alguna técnica de relajación que te ayude a mejorar tu ánimo. 

Número 8:

¿Vives bajo estrés crónico? El estrés crónico forma parte de la vida de muchas personas. Es una tensión emocional constante que altera el funcionamiento orgánico y toda la función metabólica. Cuando te mantienes bajo estrés, experimentas una situación tensa. Tu organismo se siente bajo amenaza, por lo que comienza a incrementar el nivel de cortisol, un tipo de hormona que le ayuda a reservar energías y mantener un estado de alerta que le permita defenderse de un ataque repentino. El problema es que mantenerse bajo este estado de alerta constante también hace que se incremente la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca, lo que debilita los vasos sanguíneos e incrementa el riesgo de sufrir un infarto o accidente cerebrovascular.


Si el estrés es básicamente tu modo de vida, debes aprender a reducirlo, bien sea asumiendo menos compromisos y cargas laborales o practicando alguna actividad que permita descender la presión emocional como el yoga. 

Número 9:

 ¿Tienes sobrepeso? El sobrepeso y la obesidad son dos factores de riesgo muy marcados para la enfermedad cardiovascular. Esto se debe a que al mantener grandes depósitos de grasa en el organismo, se comienzan a formar placas de grasa que obstaculizan el correcto flujo de la sangre, lo que incide en el incremento de la presión arterial y genera un esfuerzo mayor del músculo cardíaco.

Igualmente, mantener un mayor índice de tejido adiposo en la zona abdominal genera mucho más riesgo de sufrir afecciones cardiacas. Esto se debe a que la grasa que se forma en esta zona es diferente a la del resto del cuerpo por ser más densa y viscosa. Lo que hace que se adhiera a los organismos principales afectando su funcionamiento. Si tiene sobrepeso y además la mayor parte se ubica en la zona abdominal, tienes un factor grande de riesgo cardiovascular, por lo que debes tomar medidas urgentes.

Número 10:


No te hidratadas regularmente. El agua es esencial para el funcionamiento del cuerpo humano. Tener un poco de deshidratación puede causar que las paredes endoteliales se vean afectadas conduciendo a problemas de flujo sanguíneo. Arterioesclerosis y que el músculo cardíaco se debilite. Lo peor es que la deshidratación puede surgir de forma muy rápida, especialmente cuando te ejercitas y por lo general cuando tienes sed es porque ya está, ha iniciado. Así que no te descuides y toma agua.

Aún cuando no tengas

Número 11:


No tienes una vida sexual activa. Gozar de una sexualidad activa y plena ayuda a mejorar la función cardíaca y tu calidad de vida. Esto se debe a que ayuda a reducir el nivel de cortisol en la sangre, incrementando la producción de los neurotransmisores como la dopamina y endorfinas, lo que directamente reduce el estrés y mejora la función cardiaca. Algunos estudios indican que las personas que mantienen relaciones sexuales apenas una vez al mes tienen un riesgo mayor de accidentes cardiacos que aquellas que tienen encuentros sexuales dos veces a la semana en promedio.

Número 12:

 ¿Tienes déficit de magnesio? El magnesio es un mineral esencial para el desarrollo de más de 300 funciones orgánicas. Entre ellas se encuentra la función cardíaca. El corazón necesita de magnesio para mantener la contra actividad muscular y el impulso eléctrico. Un déficit de este mineral puede alterar la estabilidad eléctrica y conducir a arritmias cardiacas. Igualmente, el magnesio es clave para la absorción y el trabajo intracelular de otros minerales como el potasio y el calcio, de los cuales también depende la función cardiaca.

Puedes obtener magnesio con una dieta balanceada y saludable, pero también puedes tomar un suplemento de magnesio que te ayude a mantener estables estos niveles en tu organismo.

Número 13:

 No tomas sol. El sol es esencial para el correcto funcionamiento orgánico, logrando que se active en nuestro cuerpo la vitamina de una vitamina que el corazón requiere para su funcionamiento. Un estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition indica que mantener un déficit de vitamina D. puede conducir a un mayor riesgo de afecciones cardiacas, especialmente en los hombres, por lo que recomiendan la ingesta de al menos 600 unidades de esta vitamina.

Claro que es mucho más sencillo si sólo sales al sol unos 15 minutos diarios. Además, la vitamina D. también es clave para la absorción de otros minerales como el calcio, que el corazón también requiere para trabajar. 

Número 14:


 Descuidas tu higiene bucal. Mantener una correcta higiene bucal es una forma de promover la salud cardiaca. Esto se debe a que un cepillado correcto y el uso del hilo dental ayudan a reducir la inflamación de las encías. Hoy en día se sabe que la enfermedad periodontal incide y predispone a toda una serie de alteraciones a distancia, entre ellas la presión arterial y la salud del endotelio vascular.

Se cree que este fenómeno es mediado por moléculas inflamatorias que se liberan de las encías enfermas y pueden afectar muchos órganos a mediano y largo plazo. 

Número 15:

Eres una persona solitaria. Está bien que te guste pasar algunas horas a solas. Pero si vives evitando el contacto con tus seres queridos y el mundo exterior, puedes hacer mucho daño al corazón. Esto se debe a que los seres humanos somos seres sociales, lo que implica que necesitamos del contacto con otros para sentirnos bien.

Tener encuentros con tus amigos te ayuda a mejorar tus emociones, incrementando las hormonas del bienestar como endorfinas y dopamina, lo que reduce el colesterol y alivia el trabajo del corazón. Además, salir con tus amigos o incluso jugar con tus hijos le añade más movimiento a tu vida.
A romper con el sedentarismo. 

Número 16:

Te preocupas constantemente. Si eres de los que se preocupan por todo. Sólo estás logrando afectar tu corazón. Y eso si es preocupante. La ansiedad que se genera por dedicar todo el día a pensamientos angustiantes solo te mantiene bajo estrés, incrementando el cortisol y el riesgo de hipertensión. Mejor, en vez de preocuparte, busca las soluciones a los problemas y aprende a tomar espacios para ti que te ayuden a relajarte y distraer la mente.

Número 17:

 Usas endulzantes aunque parezcan saludables. Los cendal colorantes son un tipo de químicos que no necesitas en tu cuerpo. Además, aunque estén libres de azúcar, muchos producen la misma respuesta de la insulina en tu cuerpo. Lo que te lleva a acumular grasas aun cuando no consumes azúcar directamente. Además, se ha comprobado que la ingesta de  colorantes artificiales está ligada al incremento del riesgo de hipertensión, síndrome metabólico y problemas cardiovasculares. 

Número 18:

 Tienes una alta ingesta de sodio.

Consumir comidas muy saladas o mantener una ingesta alta de sodio es un factor de riesgo directo para la hipertensión y la retención de líquidos, lo que conduce a un trabajo forzado del corazón y te pone en riesgo de sufrir un infarto o accidente cerebrovascular. La cantidad recomendada de sodio que debes comer por día es de 2.Y 300 miligramos, el equivalente a una cucharadita, así que ten cuidado y reduce su ingesta. 

Número 19:

No transpiras. La transpiración no sólo es un método de termo regulación orgánico.

También permite limpiar al organismo de las diferentes toxinas que puedan ingresar, como el mercurio, el plomo y otros agentes dañinos. Cuando no sudas, muchos elementos potencialmente tóxicos se van acumulando en el torrente sanguíneo, lo que afecta la salud del corazón.

 Número 20:
 
No tienes estabilidad laboral. La presión que puede causar el no encontrar un empleo fijo o cambiar de trabajo cada cierto tiempo. Además de la inestabilidad económica que esto genera, puede incrementar tu riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Esto se debe a que la presión, la ansiedad y la inestabilidad emocional incrementan el cortisol y también afectan la presión arterial y tu frecuencia cardíaca. 

Número 21:

 No vas al médico. Si eres de los que pospone por años el chequeo anual de salud o prefieres automedicarse ante cualquier afección, estás poniendo tu corazón en jaque. Contar con una valoración médica que te permita seguir tratamientos adecuados y cuidar tu salud es vital. Si quieres gozar de una vida larga y plena, así que ya no lo pospongas más y ve al médico cuidar tu corazón depende solo de ti y de la forma como llevas tu día a día.

Cuidar tu alimentación, ejercitarte pero sin extremos, dormir lo suficiente y reducir el nivel de estrés son puntos claves que debes mejorar para que tu corazón te acompañe por largo tiempo. 




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